Hoy me gustaría hablar de algo mucho más general y cotidiano, como son las lesiones musculares. Este tipo de problemas es el que más frecuentemente nos hace ir al fisioterapeuta. A diario vienen pacientes a la consulta que nos dicen que tienen “nudos”, “pinzamientos” o “tendones montados” en alguna parte de su cuerpo, que con bastante frecuencia es el cuello o la espalda. Habitualmente el problema es una contractura muscular. Hoy voy a intentar explicar de forma sencilla qué tipo de lesiones musculares existen, cómo se producen, cómo identificarlas y cómo prevenirlas.
Antes de entrar a explicar la patología muscular, debo reseñar que un músculo tiene básicamente dos partes, lo que se denomina vientre muscular (la parte roja) y los tendones (la parte blanca) que suelen estar en los extremos del músculo y que sirven para unir éste al hueso. Aquí voy a hablar sólo de aquellas patologías que afectan al vientre muscular.
Para establecer la clasificación el criterio principal va a ser si existe o no existe un factor externo (adversario deportivo, mueble… cualquier cosa que pueda golpear sobre el músculo). El segundo criterio será la gravedad de la lesión, quedando la clasificación de la siguiente forma:
· Lesiones por agente externo o directas:
o Contusiones.
· Lesiones sin agente externo o indirectas:
o Calambres
o Contracturas
o Elongaciones
o Roturas de fibras
o Roturas completas
Contusión muscular: Se produce por un agente externo que comprime de forma brusca el músculo contra el hueso (los que hemos jugado al fútbol lo conocemos como bocadillo). Suele producirse un hematoma y es bastante doloroso. La lesión será más grave si; en el momento del golpe el músculo está fatigado, comprimido por una venda o faja o tiene poca temperatura (de ahí la importancia de calentar antes de hacer deporte).
Calambre muscular: El más común es cuando “se nos sube el gemelo”. Es una contracción involuntaria y momentánea muy dolorosa. Se produce por deshidratación, fatiga muscular o desequilibrios de minerales. La mejor forma de prevenirlos es adaptar la actividad deportiva a nuestras posibilidades, hidratarse bien y tomar alimentos o bebidas que aporten minerales (plátano, bebidas isotónicas…)
Contractura muscular: Es el problema muscular más frecuente. Consiste en una contracción involuntaria del músculo que se mantiene en el tiempo. Son los llamados “nudos”. Aparecen en cualquier músculo del cuerpo y a cualquier tipo de persona. Su origen puede estar en una actividad física (por sobreesfuerzo, agotamiento, malos gestos, falta de calentamiento…), en el mantenimiento de malas posturas (en el trabajo, al conducir…), por el estrés, etc. La mejor prevención es la adquisición de buenos hábitos posturales, ejercicio físico adaptado a cada persona, calentamiento previo y estiramientos tras la actividad deportiva y, por qué no, una visita periódica a tu fisioterapeuta. YA QUE EL ORIGEN DE LA LESIÓN NO SE ENCUENTRA EN UNA INFLAMACIÓN, LOS ANTIINFLAMATORIOS NO SON LA MEJOR SOLUCiÓN.
Más adelante dedicaré alguna entrada a las contracturas.
Elongaciones: Como su nombre indica, son lesiones producidas por un estiramiento excesivo de las fibras musculares. Son lesiones casi exclusivas de la práctica deportiva y se deben gestos exagerados en un momento determinado. Como siempre, un buen calentamiento previo a la actividad deportiva y el mantenimiento de una adecuada elasticidad muscular son fundamentales para prevenir este tipo de lesión. En ocasiones pueden ir acompañadas de microrroturas musculares.
Roturas fibrilares o completas: Son las lesiones musculares más graves. Pueden lesionarse desde sólo algunas fibras musculares hasta el músculo completo. Los deportistas suelen llamarle “la pedrada” porque el dolor característico es similar a una pedrada. Se produce un dolor muy agudo que obliga a parar la actividad al momento. Para la prevención sirve todo lo mencionado anteriormente.
Espero que os haya sido útil!!
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