Como ya hablé en alguna entrada anterior, las contracturas musculares consisten en contracciones involuntarias y mantenidas en el tiempo de un músculo o parte de él.
Prácticamente todo el mundo ha padecido alguna contractura alguna vez y muchas personas podrían decir que conviven con ellas de forma permanente.
La causa de que aparezca una contractura puede ser el mantenimiento de malas posturas (en el trabajo, en el coche, en casa…), la realización de alguna actividad física o deportiva (por falta de entrenamiento o de calentamiento, sobreesfuerzo, malos hábitos…), estrés, falta de tono muscular (por sedentarismo por ejemplo), malos hábitos alimenticios e incluso otros tan insospechados como tener caries. En algunos casos la contractura también puede aparecer de forma secundaria a otro tipo de lesión (por adoptar posturas en las que disminuya el dolor, para disminuir la movilidad de la zona dañada y así protegerla…).
Los síntomas de que tenemos una contractura son fundamentalmente el dolor local, la dificultad para realizar movimientos en los que intervenga el músculo afectado y la sensación de tener un nudo al tocarnos en la zona dolorida.
Sabiendo cuales son los factores causantes de las contracturas no es difícil adivinar cómo las podemos prevenir. Básicamente manteniendo unos buenos hábitos posturales y alimenticios, adaptando la actividad física o deportiva a las características físicas de cada uno, realizando un buen calentamiento antes de comenzar la actividad y unos estiramientos adecuados al terminar, evitando el sedentarismo…
Una vez que la contractura ha aparecido llega el momento de tratarla. En este punto creo que los fisioterapeutas tenemos, y nunca mejor dicho, la solución en nuestras manos.
En primer lugar buscaremos el origen del problema. Como decía anteriormente la contractura puede ser secundaria a otro tipo de lesión que requiera un tratamiento diferente. Debemos pensar además que la zona de dolor no tiene por qué ser el origen del problema y hay que investigar un poco (muchas veces en la consulta alguien me pregunta por qué toco en un sitio si el dolor está en otro). Por ejemplo gran parte de los problemas que producen dolor o limitación de movilidad en un hombro suelen producir al cabo de un tiempo contracturas en el cuello.
Una vez localizado el problema, y centrándonos en el tratamiento de la contractura, mi opinión es que hay ciertas técnicas que pueden ayudar (electroterapia, termoterapia…) pero nada da mejores y más rápidos resultados que el trabajo manual. En este campo tenemos distintas herramientas de masaje, tratamientos de fascias, tratamientos de inhibición muscular y distintos tipos de estiramientos y ejercicios de activación muscular.
Además, como decía, podemos completar el tratamiento con termoterapia, corrientes eléctricas o vendajes (Kinesiotape).
Como técnicas de autocuidado de la contractura en casa podemos ayudar aplicando calor seco y realizando estiramientos suaves con el visto bueno del fisioterapeuta.
Como siempre, espero que os haya sido útil!!
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